- Área: 7023 m²
- Año: 2009
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Fotografías:Rodrigo Dávila
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Proveedores: Alumina, Cemex, Docol, Polyglass, ladrillera San José
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La propuesta en este caso, se fundamenta en la valoración de la actividad cotidiana propia de un colegio público; el equipamiento educativo debe ser flexible y permeable a las distintas actividades de las comunidades para el uso de la biblioteca y el aula múltiple, y debe integrarse con la morfología del tejido urbano.
La utilización del sistema modular permitió el diseño simultáneamente de 5 colegios, en este caso, se utiliza la tipología del claustro, como estrategia para ordenar los bloques de actividades en el lote y dar forma final al edificio, además del claustro se involucra una secuencia de patios de tamaño reducido e intimo, ligados unos a otros por un extenso recorrido arquitectónico que utiliza las escaleras estratégicamente ubicadas, para evitar la continuidad vertical directa entre unos pisos y otros, y prolongar la experiencia, mientras se van generando espacios para el encuentro y la convivencia.
La lectura del corte transversal del edificio en tres cuerpos claramente diferenciados, pone en evidencia la intención de construir distintas relaciones desde el interior de las aulas hacia el claustro y la calle, permitiendo desde cada piso una perspectiva diferente del espacio interior del mismo edificio, y del paisaje cercano y lejano de la ciudad.
Las relaciones con el tejido urbano circundante fueron fundamentales para definir la organización de las diferentes áreas del colegio; se recurrió a la paramentación tradicional de la manzana, y aprovechando la proporción alargada del predio, se dispuso del Centro integrado de Recursos Educativos (CIRE) de manera autónoma para permitir el acceso a la comunidad del barrio a las actividades complementarias que presta el edificio.
Reflexión sobre el carácter de lo público en los nuevos colegios
El aprendizaje, está referido, a un sin número de actividades, en donde se propicia el reconocimiento y desarrollo de las diferentes condiciones del individuo, teniendo en cuenta su naturaleza física, intelectual, y espiritual.
Desde lo público, es prioritario la formación de ciudadanos responsables de sus propias libertades, y en particular, debe otorgarse un alto valor a la relación entre los individuos, y el colectivo. Por principio, lo público es lo colectivo; de manera análoga a una estructura urbana, la actividad cotidiana entre lo público y lo privado define un patrón de rituales que se materializan en la organización formal del edificio.
La actividad en el colegio, está ligada al encuentro, y la socialización, dentro y fuera del aula, y el compromiso ético con base en un sistema de reglas del comportamiento del individuo en colectivo.
La posibilidad de los individuos de socializar, y de integrarse a partir de espacios destinados para el encuentro casual, además de la provisión y asignación de espacios para desplazarse y deambular, o para la contemplación y la permanencia, son tautológicamente, la base de la configuración formal del edificio; surgen entonces los corredores, los deambulatorios, los patios, la plaza cívica o el claustro, como formalización de los distintos carácteres de lo público dentro del edificio.